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ENAMORARSE

SE ENAMORÓ
de quien no imaginaba,
de quien no esperaba y
de quien no estaba buscando.
Desde ese momento aprendió que el amor
no se elige. Es él quien nos elige a nosotros.

LA HISTORIA DE LA SERPIENTE ENVIDIOSA


Una serpiente estaba persiguiendo a una luciérnaga. Cuando estaba a punto de comérsela, ésta le dijo: <<¿Puedo hacerte una pregunta?>> La serpiente respondió: <<En realidad nunca contesto preguntas de mis víctimas, pero por ser tú te lo voy a permitir.>> Entonces la luciérnaga preguntó: <<¿Yo te he hecho algo?>> <<No>>, respondió la serpiente. <<¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?>>, preguntó la luciérnaga. <<No>>, volvió a responder la serpiente. <<Entonces, ¿por qué me quieres comer?>>, inquirió el insecto. <<Porque no soporto verte brillar>>, respondió la serpiente

NUESTRO TIEMPO DE VIDA


Al final todo se resuelve a la concepción de uno mismo, a la idea determinante que uno tiene de sí mismo y de las cosas que debería haber logrado y experimentado para poder estar de acuerdo con la vida que hemos vivido; si es así, el miedo a la muerte podría describirse como el miedo a no haber sido capaz de convertirse en quien teníamos planeado ser. Cuando sabemos con certeza que jamás nos convertiremos en quienes queríamos, de repente, no sabemos cómo vivir el 
tiempo que ya nunca será parte de nuestras vidas.

(reflexión de la película Tren de noche a Lisboa

Palabras para el indomable Will Hunting


Si te pregunto algo sobre arte, me responderás con todos los datos de los libros que se han escrito.
Miguel Ángel; lo sabes todo: vida y obra, aspiraciones políticas, su amistad con el Papa, su orientación sexual... lo que haga falta. Pero tú no puedes decirme cómo huele la Capilla Sixtina. Nunca has estado allí y has contemplado ese hermoso techo, no la has visto. 
Si te pregunto por las mujeres, supongo que me darás una lista de tus favoritas. Puede que hayas echado unos cuantos polvos, pero no puedes decirme qué se siente cuando te despiertas junto a una mujer y te invade la felicidad. 
Eres duro. Si te pregunto por la guerra, probablemente, citarás algo de Shakespeare: <<de nuevo en la brecha, amigos míos>>, pero no has estado en ninguna, nunca has sostenido a tu mejor amigo entre tus brazos esperando tu ayuda mientras exhala su último suspiro.
Si te pregunto por el amor, citarás un soneto, pero nunca has mirado a una mujer y te has sentido vulnerable, ni te has visto reflejado en sus ojos. No has pensado que dios ha puesto un ángel en la tierra para ti, para que te rescate de los pozos del infierno, ni qué se siente al ser su ángel.

Diálogo en El indomable Will Hunting

-He estado echado polvos, ¿sabe?
+¿Ah, sí?
-Sí, un pasote. Quedé con una chica.
+¿Cómo te fue?
-Estuvo bien.
+¿Volverás a verla?
-No lo sé.
+¿Por qué?
-No la he llamado.
+Eres un aficionado.
-Sé lo que estoy haciendo.
+¿Sí?
-Sí, no se preocupe, está controlado. Absolutamente, pero, ya sabe, 
esa chica es bonita, lista, divertida... distinta de las otras que he conocido.
+Pues llámala, Romeo.
-¿Para qué? ¿Para que me dé cuenta de que no es tan lista, de que es
 tope aburrida? No sé... yo... Esa chica ahora es perfecta y no quiero estropearlo.
+Quizás lo que te preocupa es que tú dejes de ser perfecto. Te has montado una 
filosofía perfecta, de ese modo podrás pasar el resto de tu vida sin conocer a nadie de verdad. 

LA HISTORIA DE KEANU REEVES -otra manera de ver las cosas

El hombre de la foto es el actor Keanu Reeves. Proviene de una familia problemática. Su padre fue arrestado por tráfico de drogas cuando él tenía 12 años y su madre era stripper. Su familia se mudó a Canadá y ahí tuvo varios padrastros.
Vio cómo su novia, con la que hacía poco había perdido al bebé del que estaba embarazada, moría en un accidente de tráfico. Estaban a punto de casarse. Desde entonces Keanu evita las relaciones serias y no quiere tener hijos.
Él es una de las pocas estrellas de Hollywood que no poseen una mansión. Explica -Vivo en un piso, tengo todo lo que necesito a todas horas. ¿Por qué iba a vivir en una casa enorme vacía?
Uno de sus mejores amigos, River Phoenix (el hermano de Joaquín Phoenix), murió de sobredósis. Ese mismo año Keanu fue arrestado.
Su hermana pequeña tuvo leucemia. Hoy está curada, y él donó el 70% de sus ganancias de la película Matrix a hospitales que tratan esa enfermedad.
En uno de sus cumpleaños fue a una pequeña pastelería y se compró una tarta, que empezó a comerse solo. Cuando se le acercaron unos fans habló con ellos y les ofreció un trozo. No tiene guardaespaldas y no se viste con ropa de lujo. Cuando le preguntaron por qué estaba siempre melancólico, dijo -Vosotros necesitáis ser felices para vivir, yo no.

LA CARA AMABLE Y CONSTRUCTIVA DE LA SOLEDAD


Probablemente una de las cosas que más me han sorprendido a lo largo de los años es escuchar lo terriblemente mal que la gente habla de la soledad de forma sistemática y generalizada, y el PÁNICO que le tienen tantísimas personas; las hay que hasta creen que estar solo/a es de las peores cosas que te pueden ocurrir en la vida, y convierten sus días en una huida a la desesperada o los llenan de pesadumbre repitiéndose obstinada e insalubremente lo solas que se encuentran.


Hace poco escuché en la conferencia de un psicólogo dos cosas que me llamaron mucho la atención sobre este tema; la primera fue que muchísimas personas acuden a la consulta de los psicólogos muy deprimidas y asegurando que no tienen a nadie y que a nadie importan. Él decía que lo más curioso de estas personas es que desean compañía pero no están abiertas a los demás ni dispuestas a dar los pasos necesarios para conocer a gente. Cuando se les proponen maneras de entablar relaciones con otras personas a través de grupos de actividades, eventos culturales, cursos, etc, los que se quejan de su soledad ponen mil y una excusas para rechazar lo que se las propone y sacan pegas a todi consiguiendo con ello que el agujero en el que se encuentran sea más ancho y hondo. No quieren mover ni un dedo para conseguir lo que ansían, y les gustaría que fueran los otros los que se tomaran la molestia de entablar una relación con ellos. Lo fascinante de estos deprimidos es que sacan faltas a todo tipo de personas, es decir, que nada ni nadie les vale, y luego se quejan amargamente de que están y se sienten muy solos, cuando ellos mismos provocan esa situación. Utilizan la excusa de la soledad para justificar el hecho de sentirse unos desgraciados cuando son ellos mismos quienes se crean la desgracia con su actitud. 
La segunda cosa que le escuché decir al psicólogo y que me resultó fascinante fue que la soledad es un tiempo de creación; y de seguido se puso a dar un buen número de ejemplos de cosas en la que la soledad juega un papel indispensable para poder realizarse. A mí esta frase me alegró y me pareció que daba en el clavo por completo porque sentí que ilustraba a la perfección lo que yo suelo hacer en cuando estoy sola: crear. Escribo, pienso en ideas para futuros proyectos, preparo cosas, dibujo, pinto, edito en los blogs, grabo y tomo fotos para luego editar vídeos... Además, al margen de la creación, hago otras muchas actividades que me encantan como salir a hacer deporte o a pasear, ojear en librerías sin que nadie me incordie con un maldito ¿nos vamos ya?, ir a exposiciones, ver pelis, curiosear por Internet, leer, investigar, descansar del mundanal ruido acompañada de velas aromáticas, hacer yoga, escuchar música, cantar y bailar dándolo todo (sin que nadie me vea, jajajaja)... De verdad que siempre me ha dejado alucinada lo mal que hablaban de algo que yo siempre he valorado y AMADO tanto.


Después, dándole alguna que otra vuelta al asunto, al hilo de los ejemplos que había puesto el hombre, se me ocurrieron más ideas referentes al tema y con las que recordé más cosas que se pueden hacer (y hago) durante un tiempo de soledad: reflexionar sobre tu propia vida o sobre temas que te interesen, reencontrarte contigo mismo-a, terminar asuntos que estén pendientes, salir a ver la puesta de sol mientras escuchas tu música favorita, planear un viaje, estudiar, poner en orden la casa, calmarte... 


Por supuesto la conclusión final sobre el asunto fue la de siempre: que según veas, asocies y utilices las cosas, serán para ti un motivo de insatisfacción, pena, miedo, desgracia y demás emociones desagradables, o de alegría, satisfacción, plenitud y gozo.
Me dije que es normal que muchas personas teman la soledad si la tienen asociada a cosas malas y la utilizan para sentirse como unos desgraciados o como una prueba de que nadie les quiere y que eso es muy triste, o para aburrirse, o para justificar sus supuestas desgracias... Es lo malo de esperar siempre que algo externo venga al rescate y te cure las penas; pero es más fácil y cómodo hacer esto que ponerte a hacerlo tú mismo. También me dije que es normal que yo siempre haya ADORADO la soledad porque me lo paso genial haciendo las cosas que más me gustan cuando me toca o busco (cosa muy habitual en mí) estar sola.
Nunca me había dado cuenta, hasta que la tarde de la conferencia de ese psicólogo, de la gran suerte que tengo de haber desarrollado la capacidad de utilizar mi tiempo de soledad para hacer cosas útiles o que me encantan, y para sentirme bien.
¿Qué tiene de malo para mí la soledad? QUE ENGANCHA

LA HISTORIA DEL ÁGUILA Y EL LOBO

Mi interior es un campo de batalla. Por una parte está el águila majestuosa, todas sus acciones están llenas de verdad, de bondad y de belleza. El águila que vive en mí vuela por encima de las nubes y, aunque a veces baja a los valles, siempre deposita sus huevos en la cima de las altas montañas. Pero dentro de mí también vive un terrible lobo, él representa mis bajezas; se sustenta sobre mis propias caídas y justifica su presencia cuando dice que él también es parte de mí. El águila y el lobo luchan por extender su dominio a mis entrañas.
¿Quién ganará esta gran batalla?

Aquel a quien yo alimente cada día.

(historia del folklore de los indios navajos)

LECCIONES DE LA VIDA


Aprendí que los amores pueden terminar en una noche.
Que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos.
Que desconocidos pueden volverse mejores amigos.
Que nunca terminamos de conocer a una persona.
Que el ''nunca más'' nunca se cumple y que el ''para siempre'' siempre termina.
Que la felicidad constante no existe, pero se puede ser feliz de todas maneras.
Que el dolor es inevitable, pero sufrir es opcional.
Que el único error es aquel del que no se aprende nada. 
Que el que quiere lo puede, lo logra y lo consigue.
Que el que arriesga muchas veces, gana.
Que en la vida no retrocedes sino que tomas fuerza para saltar aún más lejos.
Que el mundo da muchas vueltas y que todo en esta vida regresa.
Que si te animas a abrazar a una estrella y atinas a elegir 
la que te llene la vida, eres un privilegiado
Que los buenos momentos se convierten en buenos recuerdos 
y los malos momentos en buenas lecciones.
Que todo depende de ti y de tu voluntad de ser feliz.

EL CAMINO DE NUESTRA LEYENDA PERSONAL

<<En mi libro El Alquimista, la tesis central está en una frase que el rey Melquisedec dice al pastor Santiago: 
-cuando quieres alguna cosa, todo el universo conspira para que lo consigas.
Creo absolutamente en esto. No obstante, el acto de vivir el propio destino incluye una serie de etapas que exceden en mucho a nuestra comprensión y cuyo objetivo es siempre reconducirnos al camino de nuestra leyenda personal; o hacen que aprendamos las lecciones necesarias para cumplir el propio destino.
Al terminar de escribir La Quinta Montaña me acordé de ese episodio así como de otras manifestaciones de lo inevitable en mi vida. Siempre que me sentía absolutamente dueño de la situación, pasaba algo que me derribaba. Yo me preguntaba <<¿Por qué? ¿Estaré siempre condenado a acercarme, pero jamás cruzar la linea de llegada? ¿Será que dios es tan cruel como para hacerme ver las palmeras en el horizonte, sólo para matarme de sed en medio del desierto?>>
Tardé mucho tiempo en entender que no era exactamente eso. Hay cosas que son colocadas en nuestras vidas para reconducirnos al verdadero camino de nuestra leyenda personal; otras surgen para que podamos aplicar aquello que aprendimos; y, finalmente, algunas llegan para enseñarnos. Estas enseñanzas no están necesariamente unidas al dolor y al sufrimiento; bastan disciplina y atención.